«La clave del éxito de cualquier esfuerzo está en la capacidad de dirigir a otros con éxito»
(John Maxwell)
Cuando Yuval Noah Harari esboza una breve historia de la humanidad[1], plantea que fueron cuatro los fenómenos que han esculpido la historia de la humanidad: La revolución cognitiva, la revolución agrícola, la unificación de la humanidad y la revolución científica. Todas ellas son responsables de que nuestra especie alcanzara el estatus de dominadores del planeta, de que el Homo sapiens se transformara en el amo de todo el planeta y en el terror del ecosistema[2]. Fue así que de anímales simples y comunes pasamos a convertirnos en una suerte de pequeños dioses.
Para el surgimiento de estos fenómenos revolucionarios y el de cada uno de los acontecimientos históricos que los componen, fueron necesarias las acciones de quienes ejercieron el liderazgo de sus grupos, comunidades u organizaciones humanas. Es un hecho que sin la influencia positiva que los líderes y lideresas ejercieron sobre los demás, muchas de las grandes transformaciones de la historia no habrían acontecido o su devenir habría tenido que esperar mucho tiempo más.