“Emprender, al inicio da un poquito de miedo, porque nunca has experimentado ese campo, pero luego es vencer ese miedo y enfrentarse a la realidad, haciendo lo que te gusta hacer y ser libre”, son las palabras de Nora Huarocc, quien forma parte nuestra Red de Empresarios del Instituto Continental.
Nora, culminó la carrera de “Administración de Empresas” en el año 2017, y empezó a trabajar en un gimnasio, “Casi no tenía plata, sólo me alcanzaba para mi ropa y algunos gustos que me daba. Un día conversando con un amigo, me preguntó porque no abría una barbería, si yo conocía el negocio, ya que había trabajado antes, y me animé en hacerlo. En ese momento sólo tenía doscientos soles, y me preguntaba ¿Cómo iba a hacer para abrir?, y empecé haciendo una lista de todas las cosas principales que necesitaba, pero no eran doscientos soles, llegaba como a cinco mil, entonces se me ocurrió una idea, pediría prestado a las personas que siempre están conmigo “Mi familia”, y así fue, mi papá, mi mamá, mis hermanos, mi hermana y mi tía, todos aportaron cien, doscientos, mil, así logré juntar cuatro mil soles, con ese dinero compré mis máquinas y empecé, con una sillita de espera y nada más, poco a poco fui implementando las cosas que me faltaban, ya no me abastecía sola, así que busque un ayudante más”.
Angeluz, ya tiene un año y medio en el mercado, y Nora nos cuenta que el principal motivo para emprender fue que no le gustaba sentirse menos “ No me gustaba mucho que me estén mandando, me hacían sentir menos, porque recién había egresado del instituto, llegó mi cumpleaños y no me quisieron dar permiso, querían que presente varios papeles, no tuvieron ninguna consideración, eso me dio ira, y me dije esto no es para mí”.
Hoy ella tiene 26 años y el primer día que abrió su barbería, atendió a tres personas, el segundo sólo a una, hasta que poco a poco se fue haciendo conocida, nunca se desanimó, hoy atiende entre 15 a 20 clientes al día, de lunes a domingo y su meta es “Tener una cadena de barberías en 05 años”. Nos comenta que tener un negocio propio le da tiempo para viajar, superarse como persona, ir a talleres, capacitarse constantemente, pero sobre todo a no estar sujeta a nada.
“Tener un negocio es una responsabilidad grande, pero si te gusta no se convierte en responsabilidad”. Finaliza Nora.