Hace solo un año empecé con los helados, eran mi mayor vicio y hoy son el núcleo de mi empresa. Siempre estuve relacionada a las paletas de crema, pues parte de mi familia tiene 40 años trabajando con ellos de manera artesanal. Emprendí en noveno ciclo después de llevar el curso de iniciativa empresarial, con el proyecto que elaboré en el curso convencí a mis padres para que me den su apoyo y la inversión inicial. Hoy soy formal, la empresa está creciendo y mi búsqueda es reinventar el helado de paleta.
Es difícil trabajar si no tienes mente fría. La empresa de mi familia pudo llegar a ser grande, pero no se logró por desacuerdos familiares. Actualmente uno de mis tíos elabora las paletas y fue mi proveedor inicial para empezar y validar el producto, lo malo es que solo es un trabajo para él, mientras que yo siempre he soñado con generar valor a partir de una empresa.
La razón de ser de “HELARTESANO”, es brindar momentos de felicidad y para mí no hay nada mejor que un helado para conseguirlo. El mercado huancaíno busca siempre algo diferente, puede ser en la presentación o en la mezcla de sabores. Por ello busqué cursos de heladería en Lima y vi que son un universo de sabores y formas, el límite es tu creatividad. Por el momento tengo 18 sabores y divertidos toppins, además la forma del helado puede ser en patita de gato, en espiral, en corazón. Son muy divertidos pues mis públicos son jóvenes Millenials.
Empezar mi emprendimiento fue complicado. Mis padres se opusieron, pues me encontraba ya en noveno ciclo de la carrera de administración y negocios internacionales, para ellos iba a ser difícil estudiar y abrir un negocio, ya que realmente ambos toman su tiempo. Sin embargo, me aferré al proyecto ya que en el curso de iniciativa empresarial realicé mi plan de negocio y el resultado era muy positivo, además la rentabilidad se daba a partir del 7mo mes. Después de tanto insistir pude convencerlos exponiendo mi trabajo final. A pesar de la desconfianza inicial, ya persuadidos con los números, logre que me poyaran con un préstamo de 2 cajas de ahorro, inicie con 20 mil soles, y luego un préstamo de 15 mil para la máquina exhibidora.
Mi punto de inflexión y gran reto se dio al tercer mes, ya que a pesar de ser muy independiente y ordenada desde los 12 años y de enfrentar bien los desafíos, sentí que no podía afrontar esa exigencia de cubrir los costos de mantenimiento del local, el préstamo y la universidad, era demasiada responsabilidad, fue muy duro, ya que por desconocimiento se me aguaron los helados en la congeladora y perdí un buen capital y no podía pagar un personal en ese momento, intente vender en la feria de Yauris y no me fue muy bien por el tema de la electricidad, por lo que perdí dinero y muchas clases.
Sin embargo, mi familia me apoyo mucho, después de ver el esfuerzo que hice, mis padres creían más en mi proyecto que yo y no dejaron que cerrara. Entonces decidí capacitarme y empecé a viajar a Lima a llevar los cursos y cambiar por completo la presentación de las paletas de crema. Hoy me proyecto a poner otras sucursales en Concepción y Jauja, donde hay buen mercado, además de entrar a un mall y terminar la tesis.
Ahora que el negocio está más estable y estoy terminando bien la carrera, debo decir que valió la pena cada esfuerzo. Tengo mucha fé en Dios y le pedí que me diera fuerzas, pues todo sueño empieza con el valor de hacerlo, de arriesgarse y la perseverancia, todos pasamos por estresarnos y deprimirnos incluso hasta el punto de querer claudicar, pero no debemos hacerlo, solo es un momento y debemos mentalizar que hay que buscar soluciones pues ese mal momento ya pasará.