La tradición de la confección siempre ha estado en mi familia. Mi abuelo ha sido sastre. Mi padre heredó una máquina y la habilidad, por ello nos cosía a todos mis hermanos y a mi nuestras prendas. Al salir del colegio obtuve una beca para estudiar pedagogía y alta costura del vestido que no desaproveche, hoy mi pasión es la confección textil. Es importante la especialización por ello viajaba a Lima para mejorar en el rubro de diseño tridimensional. Soy docente en el Instituto Continental y de manera paralela inicie con mi empresa donde confecciono para instituciones del estado y empresas como Budweiser además de tener mi propia marca de ropa.
Inicie mi proyecto de empresa como un taller en casa donde solo atendía a familiares y conocidos, poco a poco los clientes iban creciendo y se dio la oportunidad de trabajar con colegios y municipalidades para ello necesitaba siempre las facturas, así que decidí formalizar y buscar un local donde mostrar mis trabajos.
Siempre quise plasmar lo que he aprendido, por ello hoy tengo mi propia marca de ropa que lleva mi nombre, es una línea casual urbana, enfocada en jóvenes confeccionada con materiales de buena calidad y con diseños diferentes a lo que el mercado ofrece.
Uno de los golpes fuertes que he sentido como emprendedora ha sido el de la competencia desleal, por la importación de productos chinos a precios con los que es difícil competir, razón por la cual que en algún momento pensé dejar el negocio. Sin embargo me repuse rápidamente y la estrategia que use es ser más especializada y hacer piezas al gusto del cliente, otra estrategia ha sido diversificar, ya que no me dedico a una sola cosa, sino a producir: uniformes, ropas deportivas, polos publicitarios, para marcas como Corona o Budweiser, además de cubrir la demanda para la campaña escolar.
El centro de emprendimiento me ayuda siempre a ver si estoy por el camino correcto en cuanto a atención al cliente, me da pautas para seguir mejorando la marca. Actualmente estoy en etapa de posicionamiento para ello he contratado los servicios de un Comunity Manager para ver las redes sociales donde encuentro al público objetivo de nuestros productos.
Mi proyección es contar con un local en Huancayo ya que actualmente me encuentro en Pilcomayo y tener una sucursal en San Ramón – La Merced.
Por el lado de la pedagogía, me gustaría dictar talleres, seminarios o cursos en un centro de capacitación textil y de confección propio, para brindarles una oportunidad a jóvenes que no cuentan con muchos recursos para estudiar una carrera completa y necesitan la parte más práctica para producir.
Yo recomendaría a cualquier emprendedor que sea perseverante ya que al principio todo el esfuerzo se va en la inversión inicial, es sacrificado e inviertes como en mi caso todo el sueldo, pero los frutos se ven más adelante y frente a los problemas hay que buscar opciones creativas para satisfacer al mercado.