Saca de tu bolsillo para llenar tu mente que tu mente se encargará de llenar tus bolsillos
Por Renato Canani
Facilitador y Coach
Cuando tenía trece años, hice una lista para responder a una pregunta: ¿Qué cosas me apasionan? Entonces identifiqué que un elemento que se repetía constantemente era jugar; luego me planteé otras preguntas: ¿Cómo podría vivir de lo que me apasiona? ¿Qué podría hacer para que me paguen por hacer lo que me apasiona?
Responder a estas últimas preguntas implicó realizar una búsqueda exhaustiva de alternativas que se adaptaran a mis características personales, buscar espacios para estudiar sobre lo que me apasionaba, investigar sobre cómo mantenerme constantemente capacitado e identificar a los profesionales más destacados para convertirlos en mis mentores.
En una oportunidad invertí treinta soles para invitar a un café a un experto solo para entrevistarlo y aprender de él, en otras oportunidades me ofrecía para trabajar sin cobrar y, a cambio, solo pedía que me enseñaran todo lo que pudieran. Esos espacios apalancaron rápidamente mi crecimiento profesional, me abrieron muchas puertas en el camino y formar mi propia empresa para vivir de mi pasión, haciendo lo que más me gusta.
En medio de la pandemia de la Covid-19, decidí cambiar de rumbo, vendí las acciones de mi empresa e inicié otra que no funcionó. Aquella experiencia me enseñó muchísimo, aprendí de los errores, descubrí muchas oportunidades de mejora e identifiqué mis nuevas preferencias y reencausé mi pasión. Así pude levantar la empresa que actualmente lidero y con la que podemos brindar servicios a empresas muy reconocidas en nuestro país.
Entonces, para llegar a este punto fue necesario identificar mi pasión cuestionándome por aquello que más me gustaba hacer y por lo que podrían pagarme, después encontré mentores y también recibí mucho feedback honesto y efectivo tanto de personas que me conocían mucho y también de personas que me conocían poco. El siguiente gran paso fue probar, y probar todo lo que podía, fue un constante aprendizaje, muchas veces de ensayo y error; era importante equivocarme, pero equivocarme lo más rápido posible para implementar las mejoras necesarias; iterar me permitía mejorar y escalar.
Los fracasos no estuvieron ausentes, sin embargo, fue muy importante comprender rápidamente que el miedo iba a ser un compañero de camino al que debía aceptar, pero al que no podía permitirle paralizarme. Desde esa aceptación consciente y plena del momento y de sus potencialidades comencé a tocar muchas puertas, no esperé a que las oportunidades se presentaran ante mí, era yo quien las provocaba; así pude establecer muchas alianzas estratégicas que permitirían que mi empresa creciera son solvencia.
Hoy hay muchas más posibilidades, solo hace falta descubrir la pasión y alimentarla con mucha determinación, no existirá el plan perfecto, exento de errores y sufrimientos, lo que existe es la oportunidad de responder a las necesidades de las personas. Eso solo será posible si inviertes en tu crecimiento personal, si te educas y si te mantienes constantemente actualizado.