Por Liliana Suárez
Coach, Consultora y Facilitadora en Proceso de Desarrollo Organizacional
En el mundo de la facilitación, del aprendizaje experiencial y del desarrollo personal hay dos conceptos muy utilizados: El coaching y el mentoring. Veamos de qué se trata cada uno de ellos.
¿Qué es el coaching?
El coaching es una metodología conversacional donde un coach acompaña a un coachee, es decir a un cliente, a pasar de un punto A hacia un punto B. Esto es posible porque en el proceso de interacción entre el coach formula preguntas a las que el coachee responde, de ese modo, él mismo puede encontrar las respuestas que necesita para identificar el camino que puede tomar.
¿Qué es el mentoring?
El mentoring también es una metodología conversacional en la que el mentor no solo realiza preguntas al mentorado, sino que también le propina una asesoría especializada que le permite involucrarse mucho más en aquello que necesita el cliente (mentorado), es decir, en el mentoring, el mentor implica mucho más su conocimiento y su experiencia en todo el proceso.
Ambas son metodologías útiles para que las personas puedan explorar en lo que necesitan para identificar sus propias respuestas y soluciones, de esa manera, ellos mismos pueden aportar a todos los aspectos de su propia vida.
En el coaching se hacen preguntas para que el mismo cliente sea quien encuentre sus propias respuestas. En el mentoring, desde su experiencia, el mentor puede brindar consejos que ayuden al cliente a alcanzar sus metas u objetivos.
¿Cuáles son los pasos que se siguen para ejercer una sesión efectiva de coaching?
Lo primero es partir de un adecuado rapport que permita romper el hielo y conocer al coachee; de ese modo, el coach conseguirá esbozar una idea inicial sobre el estado con el que el cliente llega a la sesión. Sin necesidad de que el coach se involucre demasiado, el coach formula algunas preguntas orientadas a identificar qué emociones trae consigo el cliente y, de ese modo, podrá enfocar el curso de la sesión.
El siguiente paso es la clarificación de la meta. Aquí el coach se cerciora de que lo que busca el coachee sea medible, específico, alcanzable y que dependa directamente de él. Se trata de establecer una meta coachable.
¿Cuáles son los pasos que se siguen para ejercer una sesión efectiva de mentoring?
El mentoring tiene un estilo de consultoría de tú a tú y puede ser personal, corporativo o ejecutivo. En el mentoring, el mentor se centra en la necesidad del cliente y, desde su experiencia, le aporta una serie de herramientas que le permitirán alcanzar su meta y, de ese modo, resolver su necesidad.
¿Qué otros aspectos son importantes para comprender al mentoring y al coaching?
Un elemento muy importante en ambas metodologías es la empatía. Ella permite comprender a los demás y solo es posible si la entendemos como la capacidad que permite ver al “otro” como un ser humano distinto, que siente y piensa de un modo particular, diferente al de los demás y que sus lógicas de pensamiento y su misma personalidad son absolutamente particulares.
Otro aspecto que considerar es que, dependiendo del objetivo establecido, ambas metodologías pueden ser utilizadas para trabajar con líderes o con colaboradores. Algunas veces, el propio colaborado quien solicita los servicios de un coach o de un mentor que le ayude a alcanzar sus metas; en otras oportunidades, es la misma organización que, a través de un líder, dispone de un coach o de un mentor para que oriente al colaborador en el logro de sus metas.
También cabe recordar que ambos procesos no son algo que deba durar una sola sesión, lo mínimo necesario para un proceso efectivo de coaching son de seis a ocho sesiones, en ellas el coachee recibe el acompañamiento del coach para la consecución de su meta. Ahora bien, cabe la posibilidad de que un proceso de ocho sesiones no sea suficiente para alcanzar una meta, en estos casos se establece un plan de acción que el coachee podrá seguir para alcanzar su meta sin el acompañamiento directo del coach.
En lo concerniente al mentoring, se establecen sesiones de asesoría quincenales o mensuales en las que se identifica la necesidad del cliente y se establece una meta, luego se revisan los avances y se verifican los resultados.
Finalmente, es importante no perder de vista que también es posible combinar ambas metodologías, es ampliamente factible aplicar mentoring a través del coaching. Entonces, los líderes de las organizaciones pueden aprovechar ambas metodologías para enriquecer a sus equipos descubriendo sus características particulares. En estos casos, la experiencia del líder convertido en mentor y las preguntas poderosas del coaching le permitirán conocer mejor a sus colaboradores.