Cuando el amor está presente, surge el equilibrio.
Por Jaime Henao Arenas
Facilitador y Coach
La inteligencia corporal es uno de los tipos de inteligencia propuestas por Howard Gardner; él señala que los seres humanos poseemos la capacidad de conectar la razón con el cuerpo para potenciar el logro de los resultados.
Esta propuesta teórica de Gardner ha sido fusionada con la teoría del coaching ontológico del modelo del observador, desarrollada por Rafael Echeverría, quien señala que el ser humano puede ser analizado desde tres dominios o columnas, que sostienen a la persona: el lenguaje, las emociones y el cuerpo.
De esta fusión de horizontes teóricos surge la noción de que el ser humano desarrolla una forma instintiva y no siempre consciente de moverse en el mundo, que le permite abrirse o cerrarse a nuevas experiencias, es decir, le concede una serie de disposiciones corporales asociadas a los elementos naturales; apertura, estabilidad, flexibilidad, resolutivo y equilibrio.
Hay personas en las que el fuego es el elemento más predominante, en otras el agua, la tierra o el aire. A estos elementos se suma uno que se encuentra en medio de los otros cuatro: el amor a uno mismo para poder amar a los demás y que otorga equilibrio a la vida.
Si tomamos como referencia un plano cartesiano, el aire se ubica en la parte superior del eje “Y” y la tierra en la parte inferior; el agua se encuentra en el lado izquierdo del eje “X” y el fuego en el lado derecho. Cada uno de los elementos está relacionado con una disposición al movimiento y podría asociarse a una emoción, dependiendo que tan a la mano o que tan distante esté; si lo midiéramos en una escala de 1 a 10, donde 1 es que tengo el movimiento muy distante, me conecto poco con él, y 10 que está muy a la mano, me conecto con facilidad; en los extremos diríamos que el movimiento está en desarmonía, mientras si en la práctica corporal lo sentimos en 4,5 o 6 podríamos decir que se encuentra en equilibrio. No existe un movimiento corporal mejor que el otro, todo radica en la intensidad con que lo viva; cuando la apertura está en 1 puede significar que se dificulta entablar relaciones, la ternura brilla por su ausencia; cuando la estabilidad se encuentra en 10 las raíces son profundas y el miedo será la emoción predominante en este caso, existe una alta resistencia al cambio por el miedo a lo desconocido; cuando la flexibilidad se encuentra en 1 cuesta el disfrute de la vida, existe una escasez de alegría, la gravedad es predominante; un resolutivo en 10 traduce una dificultad para escuchar, este tipo de personas tienden a imponer, son líderes muy buenos alcanzando resultados pero dejan sangre en la arena, la rabia es la emoción que los invade. En equilibrio abunda el amor, es una disposición al movimiento desde la cual habitamos más el momento presente, existe un mayor nivel de consciencia del respeto propio y hacia quienes nos rodean.
En conclusión, la inteligencia corporal podría ser definida como la capacidad que poseen los seres humanos para identificar y asumir la disposición más conveniente a la situación que esté afrontando, con qué intensidad la debo desarrollar, y en qué momento debo pasar de una disposición a otra.
Amorosamente,