La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en torno al 5% de la población mundial tiene una pérdida de audición que supone una discapacidad y que, por tanto, depende de la lectura de labios y la lengua de signos, con lo que el uso de mascarilla supone una barrera para ellos. Llevar máscara supone un auténtico desafío para las personas sordas o con problemas auditivos, ya que no pueden leer los labios o ver la expresión facial de la persona con la que están hablando. La utilización de estas mascarillas no solo beneficia a las personas sordas o con dificultades auditivas. La mascarilla transparente es importante para facilitar las interacciones sociales ya que puedes ver las expresiones de la gente. Todo el mundo necesita mirar a la cara de la persona con la que hablas.
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